lunes, 18 de octubre de 2010

Desenterrar vivencias.

Hay épocas en que parece que los astros giran con el ceño fruncido y una pertinaz grisura todo lo envuelve. Los relojes marcan las horas con desánimo y una pátina monótona difumina a los seres y las horas. Pasados los años, se hace difícil excavar en el magma de aquel tiempo; desenterrar vivencias y poner rostro a los recuerdos. Hasta la memoria virgen e impoluta de un niño se torna feble en estos casos para fijar los hechos y las cosas. Son recuerdos amontonados y difusos.

Hoy no me alivian las lágrimas.
Hombres solitarios
pululan ateridos por los predios anchurosos
de recintos prohibidos.

Lágrimas y rocío van regando
las huellas que dejaron
olvidadas.

Huellas que aparecen y se borran
mientras vamos caminando.

Son los restos de las ánimas de aquellos
que dejaron el camino socorrido
y siguieron tras el rastro de una sombra dilatada;
esa sombra fantasmal que se mezcla o se disipa
con las sombras de otros hombres
que, en continua letanía,
nos preceden y nos nombran sucesores.
Sombras que abandonan y que hibernan
alternantes en el fondo de los ciclos,
y que forman hipotéticos refugios
en que unirnos todos juntos.

Son las sombras que van siempre acompañando
a la marcha vacilante del vencido.

Son palabras que pretenden rescatarnos,
asombrados al oír cómo reclaman
las sílabas heredadas que formaron nuestro nombre.

Lágrimas caídas
sobre el polvo infructuoso de los siglos transcurridos,
en que, solos, caminamos indecisos
sin saber si dar el paso,
proyectando, en borrosos arco-iris,
los contornos del naufragio,
o quedarnos compungidos
en el dorso del ocaso.

2 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

Creo que estoy entrando en esa época que hablas. Porque ya estamos en otño, ya hemos cambiado la hora incluso, para más oscuro, y yo no acabo de acostumbrarme y de desprenderme esa pertinaz grisura de la que hablas

Octavio dijo...

Hay varias clases de otoños, Miguel. Uno es el que marca el calendario, con su parfernalia de "hojas doradas caídas y mecidas por el Céfiro", y demás tópicos y cursiladas al uso.
Otro es el que hace sonar la sirena que anuncia que "esta cerca la hora en que parte el navío que nunca ha de tornar".
Gracias y un abrazo.