jueves, 25 de septiembre de 2008

Sangue di papavero.

"Amata mia, amata:
Orto circondato, fonte suggellata”
(Cantar de los cantares)

Il tempo passava veloce
attraverso il corridoio del vento.

Tra i campi di spighe
le falci sounavano cruente
decapitando papaveri.

Dal limite del colle
arrivavano i colpi nitidi
delle incudini della fucina
che sbattevano contro i martelli.

Tra la gonna e la sottoveste
s´ indivinavano la tue cosce
di vechio bronzo scurito
che le mie mano tornivano
come un capitello corinzio.

E la luce di un albero di limoni,
come una lampada ad olio,
mostrò il biancore del tuo ventre
profumato de rosmarino.

Mi dicesti che era il primo;
io con una sete ardente
bevvi i tuoi petti rotondi
ubriaco dal desiderio.

E nel biancore de la tua sottoveste
rimase per sempre impressa
quella rosa esplosa,
quel sangue offerto,
vicini al sibilo della fonte.

Sangre de amapola.

"Amada mía, amada;
huerto cercado, fuente sellada”
(Cantar de los cantares)."

El tiempo se iba súbito
por el corredor del viento.

Entre los campos de espigas
las hoces sonaban cruentas
decapitando amapolas.

Desde el límite del cerro
llegaban los golpes nítidos
de los yunques de la fragua
chocando con los martillos.

Entre la falda y la enagua
se adivinaban tus muslos
de viejo bronce curado,
que mis manos torneaban
cual capitel de Corinto.

Y la luz de un limonero,
como lámpara de aceite,
mostró el blancor de tu vientre
perfumado de romero.

Dijiste que era el primero;
yo, con la sed más ardiente,
bebí tus pechos redondos
borracho ya de deseo.

Y en el blancor de tu enagua
quedó por siempre grabada
aquella rosa explotada,
aquella sangre ofrendada
junto al rumor de la fuente.

Octavio Fernández Zotes.

Tradución al italiano: Silvia Favaretto.

1 comentario:

Mamen Alegre dijo...

Un poema exquisito, verdaderamente hermoso Octavio.
El aporte de Sivia con su tradución lo acrecienta. Es un auténtico placer leerlo en voz alta en los dos idiomas, la verdad es que no sabría elegir.