Octavio con Silvia Favaretto poeta italiana
5 de septiembre de 2006Octavio Fernández Zotes, titular de esta página, tuvo el inmenso placer de recibir la visita, en su "dacha" del Valle de Ayala, de la poeta veneciana Silvia Favaretto y del cineasta siciliano Christian Panebianco.
De ellos, aparte de una cálida amistad, he recibido estos testimonios, tanto gráficos como literarios.
No me resisto a reproducirlos:
Silvia y Christian:
Poquitas lineas, sólo para compartir con Ustedes lo que me ha pasado en estos últimos maravillosos siete días: he encontrado un amigo. Octavio me ha recibido entre sus brazos y en su casa el día 24 de Agosto. Yo venía cargada de un maletín, un novio, algunos poemas, mucha esperanza y mucha ilusión: el mismo equipaje de siempre. El venía armado de su sonrisa, de su mirada dulce y de la generosidad que ya le había adivinado conociéndolo sólo por la página de el-recreo.com .Don Octavio, o Foz, como los amigos de
El Recreo lo conocen, nos ha paseado por todo el País Vasco incansablemente, ofreciéndonos paisajes encantadores, la compañía insustituible de su hermosa mujer, Pili y de los hijos que con tanta razón lo adoran. En los días que compartimos desayunos, almuerzos y cenas, he aprendido a quererlo por todo lo que es, como ser humano capaz de brindarse al próximo, y como un poeta digno de admiración que por cierto es. Todas las noches hemos estado junto al fuego del hogar leyendo en voz alta poemas, nuestros y de los autores que amamos: la fría noche del país vasco afuera de la cabaña, y adentro, entre las paredes de madera, cuatro amigos compartiendo pequeños cuentos de la vida y una amistad que, como la buena poesía, no cansa, no cesa. Más allá de cualquiera espectativa ha sido este encuentro provechoso, y como se dice en España "una gozada".
Un agradecimiento especial, entonces, a quien inventó El Recreo y aún a los que inventaron esta cajita mágica, internet, en el que , como destellos, brotan la poesía, al amor y la amistad.
Venga.
Silvia Favaretto.
De ellos, aparte de una cálida amistad, he recibido estos testimonios, tanto gráficos como literarios.
No me resisto a reproducirlos:
Silvia y Christian:
Poquitas lineas, sólo para compartir con Ustedes lo que me ha pasado en estos últimos maravillosos siete días: he encontrado un amigo. Octavio me ha recibido entre sus brazos y en su casa el día 24 de Agosto. Yo venía cargada de un maletín, un novio, algunos poemas, mucha esperanza y mucha ilusión: el mismo equipaje de siempre. El venía armado de su sonrisa, de su mirada dulce y de la generosidad que ya le había adivinado conociéndolo sólo por la página de el-recreo.com .Don Octavio, o Foz, como los amigos de
El Recreo lo conocen, nos ha paseado por todo el País Vasco incansablemente, ofreciéndonos paisajes encantadores, la compañía insustituible de su hermosa mujer, Pili y de los hijos que con tanta razón lo adoran. En los días que compartimos desayunos, almuerzos y cenas, he aprendido a quererlo por todo lo que es, como ser humano capaz de brindarse al próximo, y como un poeta digno de admiración que por cierto es. Todas las noches hemos estado junto al fuego del hogar leyendo en voz alta poemas, nuestros y de los autores que amamos: la fría noche del país vasco afuera de la cabaña, y adentro, entre las paredes de madera, cuatro amigos compartiendo pequeños cuentos de la vida y una amistad que, como la buena poesía, no cansa, no cesa. Más allá de cualquiera espectativa ha sido este encuentro provechoso, y como se dice en España "una gozada".Un agradecimiento especial, entonces, a quien inventó El Recreo y aún a los que inventaron esta cajita mágica, internet, en el que , como destellos, brotan la poesía, al amor y la amistad.
Venga.
Silvia Favaretto.
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